Colocación de una Stolperstein en recuerdo y homenaje a Tomás Pereira Rivero

 
 

Tomás Pereira Rivero

El 21 de noviembre de 2023 se colocó una Stolperstein (piedra del "tropiezo", piedra de la Memoria) en recuerdo y homenaje de Tomás Pereira Rivero en la acera de la calle Bilbao nº 20 de San Sebastián de los Reyes.

En las páginas de la Historia aparecen las personas que por una u otra razón tienen un papel importante y sin los cuales no podríamos entender el mundo como tal. Sin embargo, no se menciona a esas personas sencillas que colaboraron para que esos episodios fueran posible, dando todo lo que tenían, muchos de ellos, la vida.  Uno de esos personajes es Tomás Pereira Rivero.

¿Quién era Tomas Pereira Rivero? Tomás nació el 26 de enero de 1914 en San Sebastián de los Reyes. Era hijo de Dionisio y de Victorina. Fueron cinco hermanos de los cuales Tomás era el mayor. Deseoso de dejar el campo, se fue a Madrid (capital) para trabajar como albañil en el año 1935. Se casó con Máxima María Esteban Jusdado, nacida el 29 de mayo de 1917 en San Sebastián de los Reyes, con la que tuvo dos hijos, Marcelino (1936) y María (1938).

Según la documentación encontrada en el Archivo General e Histórico de Defensa, está encausado en el Sumario 28022, Caja 3490/4, y según informes de la policía, en 1939 se halla en Francia.

Tras haber participado en la defensa de Barcelona,  logró pasar la frontera en febrero de 1939, y como muchos otros españoles republicanos fue recluido en los campos de concentración del sur de Francia.

Gracias a su hija Olga (1953), nacida en Francia, con la que tuvimos la suerte de entrar en contacto en el verano de 2022, durante las exhumaciones de las fosas de Colmenar Viejo, accedimos a información muy amplia sobre su padre y sobre otros muchos familiares de su madre. Todos ellos víctimas de la dictadura franquista.

Del libro "Le libre des 9000 déportés de France à Mittelbau-Dora" hemos obtenido la siguiente información sobre Tomás:

 

Le libre des 9000 déportés de France à Mittelbau-DoraIngresó en el Partido Comunista como varios miembros de su familia y de la de su esposa. Desde el comienzo de la guerra, en julio de 1936, se une a la 3ª Compañía del Batallón 103 del Ejército Republicano, que operaba en el norte de Madrid. Más tarde forma parte de las tropas españolas implicadas en la defensa de Barcelona, después pasa la frontera francesa con su primo Marcial el 14 de enero de 1939. Ignora todo sobre lo que les ha sucedido a su esposa y a sus hijos. Comienza para él un doloroso exilio. Lo encierran en un campo de concentración al aire libre en febrero de 1939 en las playas de Argelès-sur-Mer (Pirineos Orientales), en donde los refugiados están estrechamente vigilados por militares franceses; después es encerrado en Septfonds (Tarn y Garonne) y en el campo de concentración de Vernet-sur-Ariège, en el norte de Pamiers (Ariège). El gobierno francés autoriza a los refugiados españoles a dejar los campos de concentración si firman un contrato de trabajo. Muchos de ellos son contratados como obreros agrícolas. Éste es el caso de Tomás Pereira, que encuentra un empleo en el Loiret, en la granja del Château du Buisson, situada en la comuna de Saint-Geneviève-des-Bois. Es alojado en Nogent-sur-Vernisson (Loiret), en el Hotel de la Montaña, cerca de su lugar de trabajo.

En julio de 1944, las tropas de ocupación, principalmente el Regimiento de Seguridad 1010, rastrean los macizos boscosos situados al norte de Gien (Loiret). Los alemanes van en busca de resistentes que se hayan instalado en la zona de Les Choux y Boismorand. Un informe policial hecho después de la liberación proporciona los siguientes datos: “El 29 de julio de 1944, el llamado Tomás Pereira recibió la visita de un hombre que le preguntó si conocía a los hermanos Letourneau, domiciliados en Boismorand. A su respuesta afirmativa, este hombre le pidió que fuera a su casa con el fin de prevenirles de que los alemanes procederían a arrestar gente y que, probablemente, se presentarían en Boismorand”.

Tomás Pereira salió entonces en bicicleta para Boismorand, situado a unos diez kilómetros de Nogent-sur-Vernisson, pero cuando llegó allí ya habían llegado los alemanes, arrestando a tres hombres alojados en el café-tienda que habían sido previamente denunciados: el propietario Georges Letourneau, su hermano Edgar y su primo Louis Jonard (muerto en Buchenwald), todos ellos miembros de la Resistencia. Tomás Pereira fue igualmente arrestado e internado en Orleans hasta el 10 de agosto como preso político. Lo llevaron a Fresnes (Seine) y desde allí le subieron al último tren que salió de París, estación de Pantin, el 15 de agosto de 1944. En compañía de más de 2.250 hombres y mujeres, emplea cuatro días para llegar a Buchenwald, donde Tomás Pereira queda inscrito con el número 77255.

A partir del 3 de septiembre fue trasladado a Dora y cuatro días más tarde a Ellrich, que se convirtió en Mittelbau II en noviembre de 1944. Tomás logra sobrevivir en el “infierno de Ellrich”.  Le asignan la terrible excavación de las galerías que le quema los pulmones. Evacuado por el convoy ferroviario del 5 de abril de 1945 que llegó a Bergen-Belsen el día 11, fue liberado cuatro días más tarde por los británicos, que descubrieron 60.000 deportados esqueléticos deambulando entre montones de cadáveres. En su expediente médico se indica “mal estado general”. Efectivamente, pesa 32 kilos, ha perdido algunos dientes y tiene problemas pulmonares. Llegó el 4 de mayo de 1945 al centro de repatriación de Lille, donde estuvo varios meses para recuperarse.

De regreso a Orleans, a casa de su primo Marcial, trabaja como albañil y se reencuentra con su mujer. Ella también había sido encarcelada en la prisión de Ventas de Madrid con su propia madre. Tres de sus hermanos, Mauricio, Sixto y Félix, habían sido fusilados. María salió de la cárcel en 1945. Tomás nunca dejó de buscarla y consiguió que viajara clandestinamente a Francia. Llegó, sola, en enero de 1951. Los dos niños, Marcelino y María, se quedaron en San Sebastián de los Reyes. La pareja vivió en Orleans, en el número 6 de la rue de l'Université. Una niña, Olga, nació en 1953. Marcelino y María se unieron a sus padres un poco más tarde.

Tomás Pereira conservó su nacionalidad española y obtuvo un permiso de residencia de residente privilegiado en Francia. Ante la negativa del gobierno español de facilitarles el pasaporte, Tomás y María tomaron la nacionalidad francesa en 1970, para facilitar la integración de sus hijos en la sociedad francesa. Gracias a ello pudieron así viajar regularmente a España.

Las secuelas de la deportación que sufrió estuvieron siempre muy presentes. Tomás tuvo que cesar toda actividad laboral en 1962 por problemas de salud: tuberculosis, silicosis, insuficiencia cardiaca... Murió el 30 de mayo de 1983 en Orleans tras una larga estancia en un sanatorio francés. Las cenizas de ambos fueron enterradas en una sepultura familiar en el cementerio de San Sebastián de los Reyes.

 
 
 

El nombre de Tomás está junto al de los 549 madrileños que estuvieron en campos de concentración y de exterminio nazis en el monumento que se encuentra en la calle del Rollo (detrás de la Casa de Cisneros) de Madrid capital, realizado por el poeta y escultor José Miguel Utande, vecino de San Sebastián de los Reyes.

A las 11:00 h se hizo una ofrenda floral sobre su sepultura en el cementerio municipal de San Sebastián de los Reyes. Se inició el acto con el Himno de Riego, gracias a dos estudiantes de la Escuela Municipal de Música. A continuación, la secretaria de la Asociación, tras dar la bienvenida a los asistentes, leyó la semblanza de Tomás, Ramón Sánchez Arrieta leyó unas palabras que nos había hecho llegar José Miguel Utande excusando su asistencia,  y mientras se tocaba la Marsellesa se hizo la ofrenda floral.

 
 

A continuación, los asistentes se trasladaron a la calle Bilbao nº 20, donde estaba todo preparado para la colocación de la Stolperstein. Allí intervinieron el presidente de nuestra Asociación, Luis Pérez Lara, la hija de Olga, Marie Guitton Pereira, la propia Olga, y cerró el acto la alcaldesa de San Sebastián de los Reyes, Lucía S. Fernández Alonso. Acompañó el acto la Coral municipal que cantó entre las diferentes intervenciones.

Incluimos las palabras de Luis Pérez Lara:

 

Buenos días a todas y a todos. Queremos agradecer la presencia de nuestra alcaldesa, en un acto como este tan entrañable y deseado por todos, especialmente por la familia de Tomás, representada aquí por tres generaciones: hijas, nieto/as y biznieta, a los que recibimos con todo cariño.

Gracias también a los concejales  de otros partidos, a la Escuela Municipal de Música por su colaboración, a Isabel Martínez y Jesús Rodríguez, promotores de todos los Stolpersteine colocados en la Comunidad de Madrid, que nos indicaron todos los pasos a dar para solicitar una Stolperstein, a Daniel Herranz, que nos puso en contacto con ellos. Gracias a sus consejos, hoy estamos aquí, colocando una piedra de la Memoria en recuerdo y homenaje de Tomás Pereira Rivero.

Stolperstein significa “piedra/adoquín que te hace tropezar” (no sobresalen del suelo). Se trata de un tropiezo emocional. Cuando te encuentras ante una de ellas y lees su texto, te das cuenta de que, en ese lugar, estuvo una víctima, habitualmente anónima y que fue afectada por el régimen nazi.

Los Stolpersteine son una idea del artista alemán Gunter Demnig y ya hay colocados 100.000 en 2.000 ciudades de 28 países europeos y de Argentina.

Hoy, San Sebastián de los Reyes forma parte del Proyecto “Una piedra, un nombre, una persona”. Y esa persona en Sanse es Tomás Pereira Rivero. Es un orgullo y un prestigio para nuestra ciudad honrar a nuestros ciudadanos más destacados en a lucha por la democracia y por la libertad.

No fueron pocos. Estamos en la segunda fase de la exhumación de los 25 fusilados y mal enterados en el cementerio parroquial de Colmenar Viejo. Otros 7 están todavía sin exhumar en el cementerio del Este de Madrid. Fueron ocultados, silenciados. Se les negó el derecho al duelo. Han pasado 84 años. Ya sólo quedan los nietos.

Preguntado el Papa Francisco por esta situación en España contestó: “Qué futuro podemos ofrecer a nuestra juventud si escondemos a nuestros muertos detrás de las cortinas”.

La tarea de la Asociación Comisión de la Verdad es rescatarlos a todos, entregárselos a sus familias y honrarlos, homenajearlos. No hay nada más inhumano que haber pasado, como Tomás, por un campo nazi. Sólo los que fuimos torturados y pasamos largos años en las cárceles franquistas podemos entender algo del horror de los campos de concentración nazis.

Tomás también perteneció a la Resistencia francesa al nazismo. Allí se le conoce como un “residente privilegiado”. A partir de ahora todas las vecinas y todos los vecinos de Sanse conocerán que en el número 20 de la calle Bilbao vivió uno de esos hombres que Bertolt Brech consideraba como imprescindibles, Tomás Pereira Rivero. Gracias.

 

 

Su nieta Marie habló de la necesidad de transmitir a las nuevas generaciones lo que pasó para que nunca más vuelva a ocurrir. Sus palabras fueron:

 

Buenos días. Me llamo Marie. Soy una nieta de Tomás. Era mi deseo estar aquí hoy, con mi niña Alma, para cumplir con mi deber de memoria para con mi abuelo. Recordar su calvario en el campo de exterminio, así como el de centenares de mujeres y de hombres, y también luchar contra el olvido. Es igualmente nuestro deber transmitir a las generaciones de ahora y a las venideras lo que fueron sus sufrimientos, para que nunca más se vuelva a repetir, para que la dignidad del hombre sea respetada. !NUNCA MÁS!

 

 

Y su hija Olga, describió la vida de su padre en Francia. Sus palabras fueron:

 

En primer lugar quiero dar las gracias a la alcaldesa, gracias Lucía, y también a todos los que han colaborado en este acontecimiento: Narciso, Juan,… y los miembros de la Comisión de la Verdad, así como a todos vosotros, aquí presentes, por acompañarnos en este deber de memoria.

Mi padre nació el 26 de enero de 1914 aquí, donde estamos, el nº 20 de esta calle. Al acabar la guerra se exilió en Francia. Estuvo trabajando como jornalero en una granja en Nogent sur Vernisson, al lado de Orleans. Durante la Segunda Guerra Mundial entra rápidamente en la Resistencia, como muchos de sus compañeros. Fue arrestado el 29 de julio de 1944 durante una misión de información para prevenir a sus compañeros de la llegada inminente de la Gestapo.

Fue internado en la cárcel de Orleans como preso político y después fue traslado a la prisión de Fresnes, al lado de París. Desde allí le subieron al último tren en dirección el campo de exterminio de Buchenwald el 15 de agosto de 1944, junto con otros 2.250 mujeres y hombres. El viaje duró 4 días. Y el 19 de agosto  dejó de ser un ser humano y se convirtió en el número 77255.

El 3 de septiembre le transladan al campo de Dora y cuatro días más tarde pasa al infierno de Ellrich, donde le asignan a las excavaciones de las galerías, con condiciones inhumanas.

Frente al avance de la tropas aliadas, le evacuan por tren el 5 de abril de 1945 hacia Bergen-Bersen. Fue liberado el 15 de abril de 1945 por los británicos, que descubieron más de 60.000 deportados esqueléticos, deambulando entre montones de cadáveres.

Fallece a los 69 años el 30 de mayo de 1983, de las secuelas de la deportación: tuberculosis, silicosis, e insuficiencia cardiaca.

Como dice el compositor francés Goldman: «Que esta piedra y todas las que están puestas y las que se pondrán en el mundo, resistan a nuestra amnesia y a nuestra inconsciencia.»

PADRE, ¡ESTOY ORGULLOSA DE TI!

 

 

Cerró el acto la alcaldesa, planteando que hay que recordar tanto los “errores” como los “horrores” para que nunca más los seres humanos tengan que sufrir una situación similar.

Canal Norte tv digital hizo una pequeña noticia para la web municipal: “San Sebastián de los Reyes homenajea a un superviviente de un campo de exterminio nazi

 

Video elaborado por Canal Norte Tv sobre el acto

 

 Al finalizar el acto, la Asociación regaló a los familiares las tres fotografías enmarcadas que nos habían acompañado tanto en el cementerio como en la colocación de la piedra.

Más imágenes del acto