El 20 de abril tuvo lugar en el Centro Municipal de Formación Ocupacional Marcelino Camacho otro jueves de la Memoria, en esta ocasión estuvo dedicado a desvelar los acontecimientos que vivió el pueblo de Belchite en los primeros momentos del golpe de Estado del 18 de julio de 1936.
Es conocido hasta la saciedad la famosa Batalla de Belchite de 1937 entre las tropas franquistas y las milicias y el ejército republicano, y tras acabar la guerra, la decisión del franquismo de construir un pueblo nuevo como símbolo de su “nueva España”, con el trabajo esclavo de los presos republicanos, entre los que se encontraba al menos un vecino de San Sebastián de los Reyes, Cipriano Pereira Rivero, quien redujo allí su condena pasando muchas calamidades. Cada año el partido ultraderechista Fuerza Nueva, con su presidente a la cabeza, Blas Piñar, convertía Belchite en un parque temático del franquismo.
Pero sin embargo, durante décadas se ocultó lo que realmente sucedió en los primeros momentos del golpe de estado: Una brutal represión en la zona, que supuso el asesinato de entre 300 y 600 personas de Belchite y los pueblos de la zona, como se está constatando en las exhumaciones de las fosas comunes, que está realizando el Gobierno de Aragón con financiación de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática.
Para explicarnos estos sucesos estuvieron José Vidal Aína, presidente de la Asociación que lleva el nombre del alcalde fusilado “Mariano Castillo Carrasco” y concejal socialista en el Ayuntamiento de Belchite, y José Ignacio Lorenzo Lizalde, arqueólogo que dirige los trabajos de exhumación de las fosas.
Belchite antes de 1936
Al inicio, fue Ramón Sánchez Arrieta, vocal de la Junta Directiva de la Asociación, quien se encargó de la presentación del acto así como de la de los dos ponentes.
Inició su presentación indicando que el tema de este jueves le afectaba personalmente de forma especial, porque es de origen aragonés, aunque vive en Madrid desde el año 1967. Su relación con Aragón en estos años lo ha sido más con Zaragoza por motivos familiares, pero a partir de los años ochenta empieza a visitar con frecuencia la zona de Belchite. Desde entonces conoce el pueblo viejo al que se podía acceder sin ningún control y todavía estaba lleno de escombros por todos lados. Recuerda que a la entrada del pueblo nuevo figuraba una placa con la leyenda “Belchite: hijo adoptivo de Franco”, y cómo en aquellos años todavía acudía Blas Piñar con Fuerza Nueva a rendir homenaje a sus caídos en la zona conocida como el trujal, en la que había un pebetero. Belchite era conocido por la batalla que tuvo lugar, nada más.
En el año 2021, leyó la noticia de que se estaba exhumando una fosa de fusilados en los primeros momentos del golpe de estado, y que la cantidad de cuerpos que aparecían era enorme. En el artículo del Periódico de Aragón se mencionaba a la Asociación Mariano Castillo Carrasco como le entidad que estaba llevando a cabo los trabajos, y el nombre de su presidente era José Vidal Aína. Escribió un correo al ayuntamiento de Belchite en el que José era y es concejal y posteriormente ya se conocieron personalmente.
Destacó que el número de asesinados en los primeros días del golpe de estado es enorme para los habitantes de la zona, pero, además, allí no hubo ningún suceso que sirviera como excusa. Por ello, en estos tiempos en los que arrecia la tergiversación de la Historia, destacó que estos trabajos tienen una doble importancia: restituir la dignidad de las víctimas y demostrar con contundencia que el franquismo se erigió sobre el terror planificado.
Tras indicar los nombres de los ponentes, José Vidal tomó la palabra. Nos presentó estadísticas del pueblo de Belchite desde finales del siglo XIX hasta el momento en que se produjo el golpe de estado, para demostrar la importancia estratégica de Belchite en el centro de Aragón. De sus palabras se derivó que quien destrozó el pueblo no fue la llamada batalla de Belchite sino el franquismo con su golpe de estado.
Imágenes de Belchite tras los bombardeos de la guerra, Biblioteca de Berkeley
Imágenes de Belchite tras los bombardeos de la guerra, Biblioteca Nacional de España
José Ignacio Lorenzo presentó el estado de las exhumaciones de las fosas comunes de Belchite. Dio datos de la barbarie que supuso para la población de Belchite la entrada a saco de los falangistas y fuerzas golpistas en el pueblo, la detención de los vecinos y vecinas republicanos, la tortura a la que fueron sometidos y el asesinato de hombres, mujeres y niños de todas las edades, como lo ratifican los restos que están apareciendo en las fosas. Todo ello lo están haciendo con el apoyo económico del Gobierno de Aragón y de la Secretaria de Estado de Memoria Democrática, del Ministerio de Presidencia y ningún apoyo ni económico ni humano del propio Ayuntamiento de Belchite.
Para finalizar el acto, Juanjo Anaya, que como él mismo se declara es un “cantor del pueblo”, desde los años de su militancia antifranquista ha recopilado muchas canciones de diversos momentos históricos de las luchas populares, tanto en territorios locales como internacionales, con un marcado sentido político. El motor de su acción musical es mantener en la memoria colectiva la necesidad de la lucha frente la injusticia. Sus canciones y su voz fueron un magnífico colofón para cerrar este acto.
Algunas imágenes del acto
Esta actividad salió anunciada en la revista municipal La Plaza de la Constitución (nº 538, de fecha 16 de abril de 2023, pág. 4) y Canal Norte tv digital hizo una noticia sobre el acto, que puede verse en el siguiente vídeo:
Video elaborado por Canal Norte Tv sobre el acto