El acto fue presentado por Ramón Sánchez Arrieta, vocal de la Junta Directiva de la Asociación, quien tras dar la bienvenida a los asistentes, introdujo el tema recordando el exilio que provocó la victoria del fascismo en España y, como consecuencia, los tremendos sufrimientos que debieron soportar decenas de miles de personas de todas las edades.
Con la presentación de estos libros se trató un aspecto distinto del exilio, algo que no es tan conocido: las mujeres y los hombres de la cultura y de la ciencia en todas sus especialidades que, tras exiliarse, desarrollaron sus trabajos en distintos países. Trabajos que, sin ese golpe de estado fracasado y la guerra posterior, hubiesen desarrollado en España.
Recordó que hoy, en el año 2022, nos dicen que uno de los elementos fundamentales para que un país tenga una economía sólida es tener una producción científica importante. Si todas esas mujeres y hombres hubiesen desarrollado su trabajo en su patria, ¿en qué medida la situación sería distinta? Y, en el campo de la educación y de la cultura, si los maestros y maestras formados en el plan profesional de la República no hubiesen sido asesinados, exiliados o depurados y sustituidos por propagandistas del nacional-catolicismo, si los literatos, filósofos, dramaturgos… no hubiesen sido represaliados y censurados, es posible que el nivel cultural de nuestro país fuera otro.
La colección “Talento y exilio” cubre este aspecto del exilio español. Estos libros están editados por la Asociación Descendientes del Exilio Español (ADEE), que se creó en 2003 por un grupo de hijos de exiliados procedentes de México, posteriormente se amplió a los países en los que los exiliados fueron acogidos, fundamentalmente Francia y Unión Soviética. Hoy cuenta entre sus socios, además, con descendientes del exilio de Venezuela, Bélgica, RDA, República Dominicana, EE.UU., Brasil y otros países.
El objetivo de la ADEE es dar testimonio de lo que fue el exilio y con este fin, entre otras actividades, ayudar y orientar a los estudiantes en sus investigaciones, asistir a Congresos nacionales e internacionales con comunicaciones y ponencias sobre el exilio, realizar charlas en colegios e institutos, asociaciones de vecinos, centros culturales, publicar libros…
El acto más importante es el que celebran cada año el 8 de mayo en el cementerio de Fuencarral frente al monumento al exilio. Al mismo acuden numerosos embajadores, diputados europeos, representantes de partidos políticos y sindicatos, asociaciones de Memoria…
Entre sus socios de honor están, por citar algunos, Paul Preston, Nicolás Sánchez Albornoz, Marcos Ana, Cuauhtémoc Cárdenas o Rosa Regás.
Para terminar su presentación, Ramón recordó la frase con la que Unamuno respondió a Millán Astray frente al grito de “viva la muerte” en la Universidad de Salamanca: “Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta en esta lucha, razón y derecho. Me parece inútil pediros que penséis en España”.
En estos momentos en que públicamente se mantienen sin reparos posiciones equidistantes, en que el Ayuntamiento de Madrid destruye un memorial que recuerda a los 3.000 fusilados en las tapias del cementerio del Este, y arranca placas conmemorativas y los partidos políticos que protagonizan estos hechos reciben el voto de millones de españoles, es difícil creer que lo de “no convenceréis” se mantiene.
Por este motivo, la labor de nuestra Asociación no es solamente perseguir la justicia para los represaliados sino también dar a conocer los sucesos porque, como dijo nuestra Benita en el homenaje a su padre Facundo Navacerrada, sólo conociendo la barbarie de aquéllos sucesos se puede evitar su repetición.
Tras sus palabras, tomó la palabra Pilar Nova Delle, presidenta de la Asociación de Descendientes del Exilio Español, licenciada en Ciencias Políticas y Sociología, profesora de distintas universidades españolas e italianas, cofundadora de “Sociólogos sin Fronteras” y directora del Centro de Estudios Avanzados en Relaciones Laborales de la UNED.
En primer lugar, agradeció a la Biblioteca la cesión del espacio para la presentación del libro y manifestó su alegría porque lleve el nombre de Marcos Ana, socio de honor de la ADEE. Contó que en la mayor parte de los países en los que fueron acogidos los exiliados republicanos españoles había otro exilio español, debido a las condiciones económicas, y en muchos casos estos últimos no acogían con agrado a los republicanos. Marcos Ana logró unificar sentimientos y convencerles de que no había que diferenciar entre exilio económico y político, todos eran exiliados.
A continuación explicó el papel que el exilio jugó en los países de acogida, colaborando en su desarrollo cultural y científico, pero pensando siempre en volver, lo que para muchos fue imposible. También destacó el papel de las mujeres, no como compañeras de sus maridos, padres o hermanos, si no como luchadoras antifranquistas que tuvieron que exiliarse para poder sobrevivir. Sin embargo, no han logrado llegar a la paridad en el número de biografías.
Los libros han sido concebidos para poner en evidencia la existencia de todas esas personas que hubieran logrado una España diferente si no se hubiera producido el golpe de estado y la posterior guerra, y que, salvo unos pocos, la inmensa mayoría son desconocidos en España. Son hombres y mujeres de todas las profesiones, médicos, arquitectos, escritores, artistas, maestros, científicos, pintores, militares, deportistas,… muchos de ellos con reconocido prestigio internacional por sus trabajos, descubrimientos o patentes. Todos ellos muestran el avance que había experimentado España durante la Segunda República.
El volumen I contiene cuarenta semblanzas y el volumen II, cincuenta. Han sido escritas por profesores y científicos que conocen bien sus aportaciones y, en algunos casos, por sus descendientes. El volumen II ha recibido una subvención de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática. Se han editado 600 ejemplares de cada uno de ellos. Y ya están pensando en el índice del volumen III.
Pilar comentó algunas biografías y dio paso a Manuel Yuste, socio de la ACVSSR, para que hablara de Agustín Gómez Arcos, escritor, que se exilió en 1963 ante la imposibilidad de desarrollarse profesionalmente debido a la censura franquista. Como él mismo dice en una carta que escribió a Fraga Iribarne, responsable directo de la censura: “…mi situación se ha hecho insostenible y me veo obligado a abandonar mi país y marcharme a trabajar al extranjero para solucionar mi vida”. Tras su paso por Londres llegó a París en 1968, donde triunfó convirtiéndose en un magnífico escritor en lengua gala, llegando a ser Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia en 1985 y Oficial de la misma Orden diez años después. Falleció el 20 de marzo de 1998 en París y fue enterrado en el cementerio parisino de Montmartre, cumpliendo su deseo. Una modesta lápida de granito con la inscripción “Agustín Gómez Arcos, un hombre libre” recuerda su nombre. Su biografía se encuentra en el volumen II.
A continuación pasó la palabra a Carmen Carreras, secretaria de la ACVSSR, quien habló de las hermanas Barnés, cuyas semblanzas se encuentran también en volumen II. Describió en primer lugar el contexto familiar, porque es uno de los mejores ejemplos de lo que significó la diáspora de la intelectualidad y, también, de los valores que impulsó la Segunda República con relación a las mujeres. El matrimonio formado por Dorotea González y Francisco Barnés tuvo 3 hijos (Urbano, Francisco y Juan) y 4 hijas (Dorotea, Adela, Petra y Ángela). Ellas son un ejemplo de la educación ofrecida a las mujeres en el seno de una familia liberal e igualitaria. Ángela, la más pequeña, recordaba que su padre siempre decía: “Mis hijos que se casen y mis hijas que estudien”, porque no quería que tuviesen que depender económicamente de nadie para sobrevivir. Las cuatro fueron brillantes estudiantes y magníficas investigadoras. En el libro se recoge solamente a Adela y a Petra porque son las que se exiliaron a México. Sus hermanas, Dorotea y Ángela, la mayor química y la pequeña, arabista, se quedaron en España y sufrieron el exilio interior. Ambas son un ejemplo de cómo el franquismo trató a las mujeres en general, recluyéndolas al ámbito doméstico. Sus brillantes carreras profesionales se truncaron para siempre.
Adela, siguiendo los pasos de Dorotea, se licenció en la Universidad Central (Madrid) en Ciencias Químicas en 1932, obteniendo Premio Extraordinario de Licenciatura. Fue profesora de Física y Química en el Instituto Escuela, donde había realizado sus estudios de Bachillerato. En 1929 ingresó como socia en la Real Sociedad Española de Física y Química (RSEFQ). De 1931 a 1936 estuvo trabajando con el prestigioso químico Enrique Moles en la Sección de Química-Física del Instituto Nacional de Física y Química (INFQ), germen del actual Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), realizando su tesis doctoral. No pudo culminarla por el fallido golpe de estado del 18 de julio y el desencadenamiento de la Guerra Civil. Adela se encontraba en un congreso en París y no pudo regresar a España. También trabajó como profesora ayudante en la cátedra de Química Inorgánica que ostentaba el propio Moles en la Facultad de Ciencias, sección de Químicas, de la Universidad Central.
Adela hizo de guía durante la visita de Marie Curie a España en 1933. Terminada la guerra fue depurada e inhabilitada para la enseñanza en España. Se exilió a México con su esposo, el médico Germán García. Allí fue acogida como profesora ayudante de Química Inorgánica y Análisis Químico en la Escuela de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México, donde pudo transmitir sus conocimientos y seguir desarrollándose profesionalmente, ayudando al progreso científico del país de acogida. Trabajó en el IPN hasta su jubilación.
Adela formó parte de la delegación en México de la Unión de Profesores Universitarios Españoles en el Extranjero. De los 308 científicos españoles que en 1939 fueron acogidos en México, hubo 17 mujeres, 5 de las cuales se dedicaron a la enseñanza. Adela fue una de ellas.
En cuanto a Petra, se licenció en Farmacia en 1931, obteniendo también el Premio Extraordinario de Licenciatura. Fue profesora de Física y Química en el Instituto Escuela entre 1931 y 1933. También trabajó en el INFQ, en la Sección de Química Orgánica, y también en la Universidad de Madrid, en ambos lugares bajo la dirección del famoso químico Antonio Madinaveitia. Se casó con Francisco Giral, compañero de estudios en el Instituto Escuela e hijo de José Giral, Ministro de la Guerra. Se exiliaron a México, donde ambos trabajaron en el Centro Politécnico Nacional. Allí descubrieron la fórmula de la giralgenina, un esteroide presente en un producto vegetal, de gran importancia para la fabricación de medicamentos. También descubrieron la cardenagenina, otro derivado esteroidal de origen fitoquímico, nombrado así en honor de Lázaro Cárdenas del Río, presidente de México que facilitó el exilio de los españoles republicanos. Petra trabajó en diferentes laboratorios farmacéuticos hasta su jubilación.
Estas dos mujeres, como tantas otras que pertenecieron a lo que se conoce como la Edad de Plata de la Ciencia española, fueron doblemente ignoradas: por su defensa de los valores republicanos y por su condición de mujer.
Tras esta exposición, se abrió un debate con los asistentes, quienes preguntaron si actividades como las que ha realizado la ADEE en la elaboración de estos libros reciben el apoyo que se merecen, sobre todo en la difusión. Pilar respondió que aunque el segundo volumen recibió una subvención de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, el apoyo posterior para su difusión es realmente muy pequeño.
La Cadena Ser Madrid Norte, en el programa Hoy por Hoy del jueves 12 de mayo entrevistó a Carmen Carreras Béjar, secretaria de la Asociación y coautora del volumen 2. Los interesados pueden descargarse el audio.