Demolición a martillazo limpio de la placa de Indalecio Prieto por operarios del Ayuntamiento de Madrid justo el día en que se cumplía el 151º aniversario de su nacimiento.
El Ayuntamiento de Madrid retira los nombres de la calle Francisco Largo Caballero y del bulevar Indalecio Prieto y arranca la placa conmemorativa de Largo Caballero en la fachada de la casa en la que nació en Madrid en 1869. No se va a entrar aquí en la biografía de estos dos personajes; respetados y rigurosos historiadores ya han explicado sus figuras bajo el punto de vista de la historia en un informe técnico firmado por más de trescientos especialistas, y en artículos como este de Ángel Viñas cuya lectura recomendamos.
Aquí queremos reflexionar sobre lo que significa que en el año 2020, el Ayuntamiento de la capital de España, a propuesta de VOX y con los votos de Ciudadanos y del Partido Popular, tome esta decisión revocando otra tomada por ese mismo Ayuntamiento de forma unánime en la década de los ochenta del siglo pasado.
Con esta decisión lo que el Partido Popular, Ciudadanos y VOX quieren transmitir es que la guerra civil española fue un hecho desgraciado pero inevitable provocado por los extremismos. Y que uno de esos extremismos era el legítimo gobierno de la Segunda República Española que con sus excesos condujo al otro extremismo a dar un golpe de estado que, al fracasar, derivó en guerra civil. Siguiendo con esta lógica, no hay un responsable de la sublevación y ya se sabe que en esas circunstancias en todos los lados hay buenos y malos. De esta forma se quiere poner la represión sangrienta y generalizada que la dictadura franquista ejerció de forma institucional, durante la guerra y décadas después de terminar, al mismo nivel que los excesos que pudrieron ser cometidos por elementos republicanos sobre todo en los primeros meses de la guerra hasta que el Gobierno de la República pudo reorganizar las fuerzas de orden bajo su mando y frenar así la violencia descontrolada.
Como el Partido Popular y Ciudadanos no se atreven a justificar de forma abierta al franquismo, en este aspecto VOX es menos hipócrita, recurren a la equidistancia: “todos eran iguales”.
Placa colocada en 1981 en la fachada del lugar donde nació Largo Caballero en el madrileño barrio de Chamberí
Todo esto forma parte de una táctica para mantener su falsedad de que cualquier acción dirigida a restituir la dignidad de las víctimas del franquismo es volver a levantar odios entre los españoles. Da igual la evidencia de que todavía hay decenas de miles de cadáveres sin localizar por toda la geografía española, da igual que sigan vigentes sentencias arbitrarias que declaran delincuentes a personas que simplemente defendieron la legalidad, da igual que se expropiara el patrimonio de familias simplemente por ser leales a la República, para ellos cualquier intento de sacar a la luz estos hechos es revanchismo. Ocultan que las víctimas de crímenes cometidos en la zona republicana fueron resarcidas por el régimen franquista desde el primer momento y que en las puertas de todas las iglesias de España figuraron placas rindiendo homenaje no sólo a esas víctimas sino incluso a los soldados del ejército franquista muertos en el frente de batalla, mientras muchos familiares de los asesinados en las cunetas todavía no saben dónde depositar un ramo de flores.
Por eso no es casual que en estos momentos en los que se está elaborando un proyecto de ley que permita dignificar y resarcir a estas víctimas, el tripartito que gobierna el Ayuntamiento de Madrid inicie esta campaña.