Nació el 26 de enero de 1914 en San Sebastián de los Reyes. Era hijo de Dionisio y de Victorina. Fueron cinco hermanos de los cuales Tomás era el mayor. Deseoso de dejar el campo, se fue a Madrid (capital) para trabajar como albañil en el año 1935. Se casó con María Esteban Jusdado, nacida el 29 de mayo de 1917 en San Sebastián de los Reyes, con la que tuvo dos hijos, Marcelino, nacido en 1936, y María, en 1938.
Según la documentación encontrada en el Archivo General e Histórico de Defensa (AGHD), está encausado en el Sumario 28022, Caja 3490/4, y según informes de la policía, en 1939 se halla en Francia.

Del libro “Le libre des 9000 déportés de France à Mittelbau-Dora"  hemos obtenido la siguiente información sobre Tomás: Ingresó en el Partido Comunista como varios miembros de su familia y de la de su esposa. Desde el comienzo de la guerra, en julio de 1936, se une a la 3ª Compañía del Batallón 103 del Ejército Republicano, que operaba en el norte de Madrid. Más tarde forma parte de las tropas españolas implicadas en la defensa de Barcelona, después pasa la frontera francesa con su primo Marcial Rivero Marcos el 14 de enero de 1939. Ignora todo sobre lo que les ha sucedido a su esposa y a sus hijos. Comienza para él un doloroso exilio. Lo encierran en un campo de concentración al aire libre en febrero de 1939 en las playas de Argelès-sur-Mer (Pirineos Orientales), en donde los refugiados están estrechamente vigilados por militares franceses; después es encerrado en Septfonds (Tarn y Garonne) y en el campo de concentración de Vernet-sur-Ariège, en el norte de Pamiers (Ariège). El gobierno francés autoriza a los refugiados españoles a dejar los campos de concentración si firman un contrato de trabajo. Muchos de ellos son contratados como obreros agrícolas. Éste es el caso de Tomás Pereira, que encuentra un empleo en el Loiret, en la granja del Château du Buisson, situada en la comuna de Saint-Geneviève-des-Bois. Es alojado en Nogent-sur-Vernisson (Loiret), en el Hotel de la Montaña, cerca de su lugar de trabajo.

En julio de 1944, las tropas de ocupación, principalmente el Regimiento de Seguridad 1010, rastrean los macizos boscosos situados al norte de Gien (Loiret). Los alemanes van en busca de resistentes que se hayan instalado en la zona de Les Choux y Boismorand. Un informe policial hecho después de la liberación proporciona los siguientes datos: “El 29 de julio de 1944, el llamado Tomás Pereira recibió la visita de un hombre que le preguntó si conocía a los hermanos Letourneau, domiciliados en Boismorand. A su respuesta afirmativa, este hombre le pidió que fuera a su casa con el fin de prevenirles de que los alemanes procederían a arrestar gente y que, probablemente, se presentarían en Boismorand”.

Tomás Pereira salió entonces en bicicleta para Boismorand, situado a unos diez kilómetros de Nogent-sur-Vernisson, pero cuando llegó allí ya habían llegado los alemanes, arrestando a tres hombres alojados en el café-tienda y que habían sido previamente denunciados: el propietario Georges Letourneau, su hermano Edgar y su primo Louis Jonard (muerto en Buchenwald), todos ellos miembros de la Resistencia. Tomás Pereira fue igualmente arrestado e internado en Orléans hasta el 10 de agosto como preso político. Lo llevaron a Fresnes (Seine) y desde allí le subieron al último tren que salió de París, estación de Pantin, el 15 de agosto de 1944. En compañía de más de 2.250 hombres y mujeres, tardan cuatro días para llegar a Buchenwald, donde Tomás Pereira queda inscrito con el número 77255.

Tomas Pereira Rivero a su salida de los campos de concentracion alemanes

A partir del 3 de septiembre fue trasladado a Dora y cuatro días más tarde a Ellrich, que se convirtió en Mittelbau II, en noviembre de 1944. Tomás logra sobrevivir en el “infierno de Ellrich”. Le asignan la terrible excavación de las galerías que le quema los pulmones. Evacuado por el convoy ferroviario del 5 de abril de 1945 que llegó a Bergen-Belsen el día 11, fue liberado cuatro días más tarde por los británicos, que descubrieron 60.000 deportados esqueléticos deambulando entre montones de cadáveres. En su expediente médico se indica “mal estado general”. Efectivamente, pesa 32 kilos, ha perdido algunos dientes y tiene problemas pulmonares. Llegó el 4 de mayo de 1945 al centro de repatriación de Lille, donde estuvo varios meses para recuperarse.

De regreso a Orléans, vive en la casa de su primo Marcial, trabaja como albañil y allí fue el reencuentro con su mujer seis años más tarde. Ella también había sido encarcelada en la prisión de Ventas de Madrid con su propia madre. Tres de sus hermanos, Mauricio, Sixto y Félix, habían sido fusilados. María salió de la cárcel en 1945. Tomás nunca dejó de buscarla y consiguió que viajara clandestinamente a Francia. Llegó, sola, en enero de 1951. Los dos niños, Marcelino y María, se quedaron en San Sebastián de los Reyes. La pareja vivió en Orléans, en el número 6 de la rue de l'Université. Una niña, Olga , nació en 1953. Marcelino y María se unieron a sus padres un poco más tarde.

Tomás Pereira conservó su nacionalidad española y obtuvo un permiso de residencia de “residente privilegiado” en Francia. Ante la negativa del gobierno español de facilitarles el pasaporte, Tomás y María decidieron tomar la nacionalidad francesa en 1970, para facilitar la integración de sus hijos en la sociedad francesa. Gracias a ello pudieron así viajar regularmente a España y visitar a su familia en San Sebastián de los Reyes.

Las secuelas de la deportación que sufrió estuvieron siempre muy presentes. Tomás tuvo que cesar toda actividad laboral en 1962, con 48 años, por problemas de salud: tuberculosis, silicosis, insuficiencia cardiaca... Murió el 30 de mayo de 1983 en Orléans tras una larga estancia en un sanatorio francés. Las cenizas tanto de Tomás como de María fueron enterradas en una sepultura familiar en el cementerio de San Sebastián de los Reyes.

En el momento de redactar esta semblanza, está solicitado oficialmente permiso en el Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes para instalar un Stolperstein en recuerdo y homenaje de los deportados en campos de concentración nazis, para instalarla en la acera de la calle Bilbao, número 20, de San Sebastián de los Reyes, domicilio familiar antes de abandonar España. (Esta campaña, “una piedra, un nombre, una persona”, es una idea del artista alemán Gunter Demnig y hay ya instaladas en el mundo más de 90.000 en en unas 2.000 ciudades de 28 países europeos y de Argentina.)

Información complementaria:

El nombre de Tomás Pereira Rivero, junto al de los 25 fusilados en Colmenar Viejo, el de los 7 fusilados en el cementerio del Este de Madrid y el de los más de 100 vecinos y vecinas de San Sebastián de los Reyes que sufrieron consejos de guerra sumarísimos, puede leerse en el mural que se instaló en el Centro Municipal de Formación Ocupacional “Marcelino Camacho” el 14 de abril de 2018.